lunes, 28 de junio de 2010

El abismo hacia arriba, vestido con un saquito negro y una sonrisa vórtica



Eslabones de una larga y delgada cadena de aceite y pizza, a más de $2,50 la porción en Federico Lacrozze parecen imitar el movimiento sensual de la criatura; no lo logran. Todo vuelve a Lacrozze, ¿verdad? Es como el gran vórtice donde convergen las frustraciones delante de las vidrieras de pizza, y más pizza, perpetuas testigos silenciosas y devoradas. Tal vez sea porque ellas representan en primer lugar lo inalcansable, lo que sólo se llega a percibir con la nariz como para sentar en acta el deseo que nunca se concreta; más bien, ¡con lo que te cobran dirá una señora que intenta cambiar monedas en un kiosco - sin éxito -! Pero ese pesimismo senil tan de señora no entra en el subte, asi que todo vuelve ahí abajo. (...)

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