viernes, 26 de junio de 2009

Camarones en un bar de camarones

Las vetas de un gastado listón de madera se reflejan en la superficie de un tenedor clavado en su espalda. El camarón está abandonado, semi aplastado por el cuchillo, la servilleta arrugada y la cuenta, sobre un plato blanco y pegoteado de aceite. Alguien no se lo comió. El camarón permanece, muerto. Alguien intentará culparlo. Y sí, un camarón medio sucio y con esas pinzas puede parecer amenazante. Como sea, lo más probable es, que alguien se encargue de decir, que era una amenaza, ahí servido en el plato, contra cuchillos y tenedores afilados en manos hábiles que lo superan en fuerza y tamaño. Un camarón llamado Darío; o Maxi.

2 comentarios:

Jimena Gale dijo...

COMENTARIO ESTETICO:

que lindo la vuelta de las imagenes coloridas, con texturas y olores.
Que bueno que sea la misma forma con otro contenido. a, e, i... ahi vamos de nuevo?

Jimena Gale dijo...

COMENTARIO DE CONTENIDO:
Las impresiones a veces son solo eso. Y las peores son las que se tiene de uno mismo y no son.
Las pinzas son mas que las armas, pero no lo saben.
Lo que mas les molestó no fueron las pinzas, sino que uno se arriesgara por el otro, por su compañero. Eso no lo entienden, no lo podran entender nunca.
No siempre el que mas debil parece, lo es.