miércoles, 23 de julio de 2008

Día de los difuntos

(Dos muertos en una mesa de disección previa a un velorio. Permanecen inmóviles toda la obra)
Muerto 1: ¿Hace mucho que estás acá?
Muerto 2: Morimos juntos, ¿no te acordás?
Muerto 1: Cierto. (Pausa). ¿Fue necesario?
Muerto 2: Sabés que sí.
(Pausa)
Muerto 1: ¿Si estamos muertos, por qué estamos hablando?
Muerto 2: Quizás no estemos muertos del todo; puede ser que hayamos muerto en algún aspecto específico.
Muerto 1: Tal vez.
(Pausa)
Muerto 2: Tu cuerpo está terriblemente frío.
Muerto 1: Está muerto.
Muerto 2: Ya sé; pero el mío conserva algo de calor.
Muerto 1: Ah.
(Entra el maquillador de cadáveres. Ninguno habla hasta que agarra algo de alguna mesa y se va)
Muerto 1: No me lloraste como debías.
Muerto 2: No quería llorar. Hubiese querido amarte sin reparos; el corazón, aunque use forro, se contagia igual.
Muerto 1: Ya es tarde. Estamos muertos, ¿viste?
Muerto 2: Seguro. Siempre tuviste esa gran percepción.
Muerto 1: Y vos esa ironía.
Muerto 2: Dejémoslo acá. (Pausa) ¿Por qué no nos entierran todavía?
Muerto 1: Costumbre. A ellos sí les gusta llorar.
Muerto 2: Bueno. Voy a cerrar los ojos. Que descanses, y despiertes en algún cuerpo agradable.
Muerto 1: Vos también.
Muerto 2: Hasta mañana.
Muerto 1: Hasta mañana.

2 comentarios:

m. dijo...

Entra el maquillador de cadáveres.


!!!

Jimena Gale dijo...

Tal vez no estan muertos, solo naciendo nuevamente... pero no lo saben, y prefieren sentirse muertos.
¿Hasta que la muerte los separe? No es necesario morirse, ni se muere por eso. Puras patrañas ancestrales. Los cadaveres no hablan, asi que estan vivos.