miércoles, 16 de julio de 2008

Detenido

Capa de cuero y pelos, piel, hueso, carne y mucosa; ancha, espesa
El ser reflexiona en su prisión, en estado de detención (¿ontológica? ¿domiciliaria?)
Ojos, ventanitas de cárcel con vidrios opacos o rotos; entra frío y poca luz.
El interno se retrae en algún rincón.
Gotera, humedad.
Llegan sonidos, voces por los pabellones, algo mitigados por las capas de congestión.
Preparación. Reparación. ¿Revolución? Evolución. Transmigración.
Algunos recuerdos pocos, de contrabando, como únicas posesiones personales. Algo de aroma y sabor en una probeta de plástico con hielo derretido en su interior. Una cuerda flemática con ganas de vibrar con más libertad.
Libertad...
Las paredes empiezan a abducir al ser. La única libertad está en fundirse, en la simbiosis: que el ser sea el cuerpo, y no su comando. Comunión.
Primeros contactos (aún verdes) con el exterior.
Necesidad de contacto.
Ella.
El - la. Más simbiosis.
Barba caprichosa, como pelo de pubis (poner "de concha" queda feo, lo sé, señora) crecido. Pica.
Fiebre; caldera arbitraria, calefacción alta - gelidez. Pildoras, cayen al preso, terminen con el proceso.
Proceso. Cayen al preso, cayen al preso.
El preso no caya. Aulla extasiado mientras se desgarra y funde con las paredes orgánicas, en el furor de la transición frebril.
De cama.

2 comentarios:

Jimena Gale dijo...

afuera no se siente muy distint. Espero te mejores pronto y te liberen, y te liberes, para que se sienta mejor.

m. dijo...

Los chanchitos son cocinados. Esto me gustó mucho, la transmigración, el-la cuántas veces lo pensamos. Sos un piquetero cursi afiebrado. La fiebre desprende letras y nos lleva a los sueños más... etcétera. Vos ya sabés, para qué escribirte