
La caída no es dificil, pero sí el momento que antecede al salto; los muros se persignan con hermosura mientras crujen y caen, y se entregan a las fuerzas irresistibles.
Me acuerdo que el cangrejo percibió la intensidad del momento. Tiene un gran ojo.
(...)
Detrás de la coraza, el cangrejo es suave y tierno; y su carne suave y dulce.
Música. Hundimiento en un mar de sábanas y oleadas de perfume, entre movimientos circulares y armónicos, nudos orgánicos de cuerpos entrelazados y la sensación de seguir descendiendo, cada vez más profundo hasta perder el conocimiento...
... y despertar en una orilla de náufragos, con zurcos en la espalda, zurcos de pinzas delicadas y amables. Espaldas de espíritus fértiles, algo dañadas, intentando regenerarse de sus propias cenizas. Sonriendo.
1 comentario:
Brindo:
Por los cangrejos, porque caminen para adelante y no para atrás o para el costado.
Para que los surcos remuevan las corazas.
Para que las cenizas vuelen de la orilla y dejen tras de si una estela de recuerdos inofensivos, despejando la nube de los ojos y así seguir caminando hacia adelante, convertidos, ya sin caparazón ni pinzas ni muros... sonriendo.
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